Nuestra sociedad actual nos demuestra cuán mal está el sistema democrático, dándonos como resultado el aprovechamiento de ciertos sectores para beneficiarse. En esta presente teoría abordaremos solo y exclusivamente al sector de la sociedad parásita o mejor conocida como Lumpen, como también abordaremos los cambios sociales necesarios.
En cierto sentido, el estado tiene la carga social y la responsabilidad de adjudicar los bienes y servicios a todo el estado; desgraciadamente esto no es así, el aprovechamiento de los recursos por un pequeño sector ha aprovechado la situación, permitiendo a un sector (inferior) de la sociedad en miseria y con una conducta irreversible por la evolución de los hechos. De esta manera nos preguntamos qué debemos hacer para tomar una vía distinta; sin disque soluciones, ni más eufemismos de influencia externa; presento lo siguiente:
- Reforma Social:
Cabe decir que la reforma social será engendrada para dar inicio a una historia hecha por humanos. Para esto las bases de la reforma deberán ser planteadas por los principios democráticos y sociales, para poder así gestar un estado netamente puro en principios y normas que darán resultados revolucionarios. A continuación daremos los puntos para tener un sistema organizado para esta reforma social:
1.- Principios fundamentales:
ü Una vez hecha la limpieza, se tomaran los principios democráticos para dar igual trato al hombre y a la mujer.
ü Se repartirán los bienes y servicios de forma equitativa para poder generar igualdad social.
ü Se generaran empleos y oportunidades para todos.
ü Se abolirán las clases sociales para no tener una “democracia clasista”, sino una sociedad hecha igualmente para todos.
ü La justicia como fin de toda discriminación contra los individuos, la igualdad de derechos y oportunidades.
ü La Libertad como resultado de esfuerzos individuales y colectivos parar ser libres y contar con oportunidades para alcanzar sus metas y realizar sus capacidades. Asegurando de que ninguna persona, sexo, religión o raza se sirva de otra.
Una vez establecida los principios fundamentales de la sociedad, seguimos con el proceso económico-político.
2- Economía Política:
ü Democratización de las instituciones financieros, con plena participación del pueblo.
ü Generar empresas públicas con formas democráticas de control y decisiones.
ü Control del estado para regular el mercado en función de intereses públicos.
ü Reformas en los Poderes del Estado.
ü Comunas consultivas en cada Región, Departamento, Provincia y Distrito.
ü Impuestos a toda empresa privada con un porcentaje de 30% de sus acciones.
ü Implicancia ciudadana en asuntos nacionales.
ü La no-monopolización de los mercados y la progresión de los consumidores hacia los fabricantes.
3.- Educación, Cultura y Servicio Social:
ü La enseñanza democrática de la solidaridad, tolerancia, libertad y justicia social.
ü La inclusión multicultural de la sociedad basada en la tolerancia y cooperación.
ü La no-comercialización de la vida de las personas en tema de salud. Se otorgara un servicio de salud social.
ü La revalorización de las costumbres culturales.
Con la ejecución de esta reforma, el antiguo estado “democrático” quedaría en la pre-historia; dándole inicio a una nueva era de armonía soberana dentro del estado, en donde los oportunistas no tendrán un lugar para ejercer sus intereses, en donde la justicia e igualdad social serán la máxima expresión humana, haciendo un estado hecho por y solamente para seres igualitarios ante los ojos de todos.
Los humanos hemos vivido aferrados a los cambios sociales toda nuestra vida, los hemos vivido y hemos sido impulsores de grandes cambios, que con el sueño de vivir en una tierra en donde reine el bienestar común, han sido de gran escala. Nunca faltan los oportunistas que se cuelgan de la dicha humana para derrocar todo intento de bien, por impedir la pérdida del placer egocéntrico del Kratos. Nosotros no tenemos por qué temer, esta es nuestra historia, nuestras tierras y nuestro proyecto que nos unirá y limpiara a aquellos que no nos hacen más que hundirnos en ese círculo perpetuo de involuntades; sin más que decir, exalto:
¡Una historia nueva, un hombre nuevo, libres al fin!
Por : Gianfranco Ivano G. Padilla
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